Arte
Los
tlaxcaltecas se distinguieron por el buen uso que hicieran del lenguaje. Una
prueba de ello son los cánticos con que triunfaron en un certamen poético
convocado por Netzahualcóyotl, el rey poeta de Texcoco. También ganaron en otro
concurso literario celebrado en Huexotzinco. La mayoría de la población hablaba
náhuatl, aunque también algo de otomí y de pinome.
Había
escritores que componían tlatolli, o sea relatos y discursos, y cuicatl, poemas
con ritmo, medida y entonación que a veces se acompañaban de música. Los
teocuicatl eran poemas dedicados a los dioses, verdaderos himnos mitológicos a
los que sedaba preferencia en la enseñanza escolar. Los teponazcuicatl
requerían acompañamiento musical.
Entre los
poemas indígenas más conocidos figuran Tecuanitzin, de la cabecera de Quiahuiztlán,
hombre sabio y noble, autor del canto Xochipizahua; Camaxochitzin, Xicohténcatl
padre (también notable orador), Xicohténcatl hijo; Xayacamachan (Tepolohuatl),
y Motenehuatzin, hermano de Xicohténcatl el joven. Se conservan poesías como el
Tlaxcaltecayotl, cuyo autor o autores son desconocidos.
Los
tlaxcaltecas eternizaron en bellos cantares las victorias guerreras y las
proezas de sus capitanes. Solían usar adagios, proverbios y preguntas o manera
de adivinanzas. También componían fábulas y cuentos humorísticos.
La oratoria era
muy común, especialmente entre nobles y embajadores, que demostraban grandes
dotes y memoria asombrosa. Así, los cuatro señores que integraban el consejo
eran excelentes oradores.
Hacían
representaciones teatrales relacionadas con su vida diaria y con las proezas de
sus dioses y de sus guerreros. Fue tan popular el arte teatral que se siguió
cultivando en la época colonial. Había gente especializada en lo elaboración de
escenarios y del vestuario de los actores, danzantes, cantores y bufones o
uetzquiztomac.
Los nombres
indígenas que aún se conservan en las poblaciones y lugares de Tlaxcala son
testimonio del lenguaje náhuatl de sus antepasados. Lenguaje que usaron para
formar lo que es la toponimia indígena.
La música tuvo un
papel esencial en la vida prehispánica. Su ritmo era fuerte pero atonal. Sus
diversas flautos no tenían una escala fija. El teponaztli y el huéhuetl eran
los principales instrumentos musicales. El primero consistía en un tambor de
madera con dos lengüetas y producía dos sonidos diferentes. Se trata de un
instrumento de percusión, de madera tallada, que representó un personaje con
tocado y collar de plumas, recostado boca abajo. En los ojos tiene
incrustaciones de concha y pirita.
El huéhuetl era
un tambor de cuero. Algunos instrumentos musicales complementarios fueron las
flautas de barro, caracoles, silbatos, sonajas y raspadores. No se conocieron
los instrumentos de cuerda. Cuando llegaron los españoles casi toda la música
indígena desapareció o bien fue modificada. Sin embargo muchos de sus
instrumentos siguieron usándose durante la Colonia. Tanto la música como la
danza estaban relacionadas con la religión. Por lo que narran las crónicas se
sabe que esta última se acompañaba con cantos. Los edificios prehispánicos
tlaxcaltecas no fueron grandes. Con cal y piedra se erigieron templos o
teocallis, palacios y casas que posteriormente, los españoles destruyeron paro
levantar otros construcciones.
La famosa
muralla de piedra estaba situada en la frontera este y noroeste de Tlaxcala, en
el lugar por donde entró Cortés o este territorio.
El conjunto
arqueológico de Cacaxtla era una fortaleza que contaba con adoratorios,
plataformas, plazas y pirámides y que junto con las colinas de Xochitécatl,
dominaba el valle poblano-tlaxcalteca. Allí son notables los murales de
colores, con influencia maya y teotihuacana, en los que resaltan las figuras
humanas, o menudo haciendo la guerra, así como el hombre-jaguar y el
hombre-pájaro.
Xochitecatl
“lugar del linaje de las flores”, Su época temprana da claras muestras de
influencias culturales teotihuacanas, cholultecas y totonacas, en donde se han
descubierto tres pirámides. La de las Flores que por el área de su base es
considerada la cuarta más grande de Mesoamérica, en esta pirámide se celebra
cada año el equinoccio de primavera. La Pirámide de la Espiral considerada
única en su género dedicada al Dios del viento Ehécatl y que fuera utilizada
como observatorio astronómico. Por último la Pirámide de la serpiente llamada
así por que se encontró una pila monolítica en forma de cabeza de serpiente.
Tepeticpac, el
primer señorío que se fundó, tenía un palacio y distaba ocho kilómetros de
Tizatlán. En este lugar se localizaron los vestigios del antiguo teocalli o
templo, cuyos altares están decorados con jeroglíficos. Quiahuiztlán, a cuatro
kilómetros de la ciudad de Tlaxcala cabecera del señorío del mismo nombre,
también tenía un palacio, situado atrás de la actual iglesia principal.
Ocotelulco
situado a tres kilómetros de la capital, cabecero de su señorío y gobernado por
Maxixcatzin, era el centro administrativo y comercial de la zona. Tenía un
espacioso mercado, un templo que quizá era el mayor en la provincia y un
palacio con muchas instalaciones anexas, incluida una casado fieras. Los
primeros franciscanos que llegaron a Tlaxcala vivieron en él un tiempo.
Los
tlaxcaltecas practicaban la escultura, pero sus obras tenían formas rígidas.
Representaban dioses, hombres y animales. Poco antes de la conquista, la región
poblano-tlaxcalteca fue, famoso por su cerámica policromo, más variada que la
azteca, y considerada como de las más hermosas y mejor fabricadas del México
prehispánico. Adornaban sus trajes, tocados, abanicos, divisas y estandartes
con plumas de quetzal, garza, continga, arara, colibrí y papagayo, las que
cosían por el cañón, o parte hueco, y colocaban unas sobre otras formando
dibujos.
Los metales
preciosos como el oro y lo plata no fueron muy comunes en la región, los
obtenían de otros pueblos, por medio del comercio.
Otro arte que
practicaron fue el de la incrustación de conchas, obsidiana y jade, en objetos
de piedra, madera o hueso, como escudos, pectorales, máscaras y orejeras.
Excelente felicidades :)
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