martes, 16 de octubre de 2012

Arte y cultura en los Tlaxcaltecas


Arte

Los tlaxcaltecas se distinguieron por el buen uso que hicieran del lenguaje. Una prueba de ello son los cánticos con que triunfaron en un certamen poético convocado por Netzahualcóyotl, el rey poeta de Texcoco. También ganaron en otro concurso literario celebrado en Huexotzinco. La mayoría de la población hablaba náhuatl, aunque también algo de otomí y de pinome.

Había escritores que componían tlatolli, o sea relatos y discursos, y cuicatl, poemas con ritmo, medida y entonación que a veces se acompañaban de música. Los teocuicatl eran poemas dedicados a los dioses, verdaderos himnos mitológicos a los que sedaba preferencia en la enseñanza escolar. Los teponazcuicatl requerían acompañamiento musical.

Entre los poemas indígenas más conocidos figuran Tecuanitzin, de la cabecera de Quiahuiztlán, hombre sabio y noble, autor del canto Xochipizahua; Camaxochitzin, Xicohténcatl padre (también notable orador), Xicohténcatl hijo; Xayacamachan (Tepolohuatl), y Motenehuatzin, hermano de Xicohténcatl el joven. Se conservan poesías como el Tlaxcaltecayotl, cuyo autor o autores son desconocidos.

Los tlaxcaltecas eternizaron en bellos cantares las victorias guerreras y las proezas de sus capitanes. Solían usar adagios, proverbios y preguntas o manera de adivinanzas. También componían fábulas y cuentos humorísticos.

La oratoria era muy común, especialmente entre nobles y embajadores, que demostraban grandes dotes y memoria asombrosa. Así, los cuatro señores que integraban el consejo eran excelentes oradores.

Hacían representaciones teatrales relacionadas con su vida diaria y con las proezas de sus dioses y de sus guerreros. Fue tan popular el arte teatral que se siguió cultivando en la época colonial. Había gente especializada en lo elaboración de escenarios y del vestuario de los actores, danzantes, cantores y bufones o uetzquiztomac.

Los nombres indígenas que aún se conservan en las poblaciones y lugares de Tlaxcala son testimonio del lenguaje náhuatl de sus antepasados. Lenguaje que usaron para formar lo que es la toponimia indígena.

La música tuvo un papel esencial en la vida prehispánica. Su ritmo era fuerte pero atonal. Sus diversas flautos no tenían una escala fija. El teponaztli y el huéhuetl eran los principales instrumentos musicales. El primero consistía en un tambor de madera con dos lengüetas y producía dos sonidos diferentes. Se trata de un instrumento de percusión, de madera tallada, que representó un personaje con tocado y collar de plumas, recostado boca abajo. En los ojos tiene incrustaciones de concha y pirita.

El huéhuetl era un tambor de cuero. Algunos instrumentos musicales complementarios fueron las flautas de barro, caracoles, silbatos, sonajas y raspadores. No se conocieron los instrumentos de cuerda. Cuando llegaron los españoles casi toda la música indígena desapareció o bien fue modificada. Sin embargo muchos de sus instrumentos siguieron usándose durante la Colonia. Tanto la música como la danza estaban relacionadas con la religión. Por lo que narran las crónicas se sabe que esta última se acompañaba con cantos. Los edificios prehispánicos tlaxcaltecas no fueron grandes. Con cal y piedra se erigieron templos o teocallis, palacios y casas que posteriormente, los españoles destruyeron paro levantar otros construcciones.

La famosa muralla de piedra estaba situada en la frontera este y noroeste de Tlaxcala, en el lugar por donde entró Cortés o este territorio.

El conjunto arqueológico de Cacaxtla era una fortaleza que contaba con adoratorios, plataformas, plazas y pirámides y que junto con las colinas de Xochitécatl, dominaba el valle poblano-tlaxcalteca. Allí son notables los murales de colores, con influencia maya y teotihuacana, en los que resaltan las figuras humanas, o menudo haciendo la guerra, así como el hombre-jaguar y el hombre-pájaro.

Xochitecatl “lugar del linaje de las flores”, Su época temprana da claras muestras de influencias culturales teotihuacanas, cholultecas y totonacas, en donde se han descubierto tres pirámides. La de las Flores que por el área de su base es considerada la cuarta más grande de Mesoamérica, en esta pirámide se celebra cada año el equinoccio de primavera. La Pirámide de la Espiral considerada única en su género dedicada al Dios del viento Ehécatl y que fuera utilizada como observatorio astronómico. Por último la Pirámide de la serpiente llamada así por que se encontró una pila monolítica en forma de cabeza de serpiente.

Tepeticpac, el primer señorío que se fundó, tenía un palacio y distaba ocho kilómetros de Tizatlán. En este lugar se localizaron los vestigios del antiguo teocalli o templo, cuyos altares están decorados con jeroglíficos. Quiahuiztlán, a cuatro kilómetros de la ciudad de Tlaxcala cabecera del señorío del mismo nombre, también tenía un palacio, situado atrás de la actual iglesia principal.

Ocotelulco situado a tres kilómetros de la capital, cabecero de su señorío y gobernado por Maxixcatzin, era el centro administrativo y comercial de la zona. Tenía un espacioso mercado, un templo que quizá era el mayor en la provincia y un palacio con muchas instalaciones anexas, incluida una casado fieras. Los primeros franciscanos que llegaron a Tlaxcala vivieron en él un tiempo.

Los tlaxcaltecas practicaban la escultura, pero sus obras tenían formas rígidas. Representaban dioses, hombres y animales. Poco antes de la conquista, la región poblano-tlaxcalteca fue, famoso por su cerámica policromo, más variada que la azteca, y considerada como de las más hermosas y mejor fabricadas del México prehispánico. Adornaban sus trajes, tocados, abanicos, divisas y estandartes con plumas de quetzal, garza, continga, arara, colibrí y papagayo, las que cosían por el cañón, o parte hueco, y colocaban unas sobre otras formando dibujos.

Los metales preciosos como el oro y lo plata no fueron muy comunes en la región, los obtenían de otros pueblos, por medio del comercio.

Otro arte que practicaron fue el de la incrustación de conchas, obsidiana y jade, en objetos de piedra, madera o hueso, como escudos, pectorales, máscaras y orejeras.

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