martes, 16 de octubre de 2012

Aspecto social de la poblacion Tlaxcalteca

Aspecto social de la población
Por privilegios emanados de la Corona, a principios del régimen colonial, la sociedad indígena tlaxcalteca mantuvo fuera de la provincia a los españoles y conservó sus distinciones sociales prehispánicas: los macehuales siguieron desempeñando las tareas agrícolas y los distintos servicios, la nobleza era la beneficiaria del trabajo de los macehuales; los cuatro señores continuaron gobernando como caciques y sus extensas propiedades trabajadas por vasallos indígenas. Muchos principales usaban el “don” antes de sus nombres, poseían caballos y asnos y el derecho de montarlos, tenían permiso de usar ropa española y los frailes los bautizaban, los casaban, evangelizaban y hasta los instruían en las leyes y política de la sociedad novohispana. Estos principales vivían de sus rentas y de los tributos que recibían por sus tierras. Además, y si eran miembros del cabildo, percibían un salario extra.
Una gran diferencia de clases separaba la vida de los principales del resto de la población, que estaba bajo su mando y les servía aún como esclava. Sólo en 1537 se dio la libertad a 20 mil esclavos tlaxcaltecas.
Los terrazgueros eran los arrendatarios de las tierras que pertenecían a los nobles. Los pochteca seguían siendo comerciantes.
En 1520 sufrió la provincia la primera gran epidemia de viruela, seguida por otras calamidades a lo largo del siglo. Fue así como disminuyó su población, las cosechas fueron pobres y hubo plagas. La sociedad tlaxcalteca sólo descansaría de tantos males de 1545 a 1575, únicos treinta años de verdadera prosperidad. A partir de 1555, y a pesar de las leyes que lo prohibían, se empezaron a establecer allí los españoles, quienes poco a poco fueron despojando a los indígenas de sus posesiones.
Las injusticias sociales existentes, la escasez de productos agrícolas, que condenaba al hambre a la población indígena, fueron causa del estallido de disturbios. Todo ello provocó que el 14 de junio de 1692, tres mil indígenas se amotinaran en la plaza de Tlaxcala para derrocar al gobierno español: incendiaron las casas reales, destruyeron el archivo y apedrearon a los sacerdotes que pretendían calmarlos.
En el siglo XVII la ciudad de Tlaxcala contaba con 6 mil indios vecinos y más de 500 españoles, dueños de obrajes y haciendas de ganado. Ya en el siglo XVIII los hispanos constituían una buena parte de la población. En esa época la provincia en general estaba en plena decadencia al grado de que en 1761 el gobernador Antonio López de Matosso se mudó a la casa-obraje que fuera de Ignacio de Urízar, debido a que las cosas reales estaban en ruinas y debían repararse. En 1789 los habitantes de Tlaxcala formaron juicio al gobernador español Francisco de Lissa, quien finalmente fue restituido en su puesto.
Lo decadencia de Tlaxcala se debió a que la población se vio menguada por epidemias, heladas, inundaciones del río Zahuapan, terremotos y plagas, causas que provocaron la emigración de mestizos e indígenas en los siglos XVI, XVII, y XVIII. A estas calamidades se suma el acoso de las bandas de asaltantes, entre ellas la de los “Hermanos de la Hoja”, cuyo jefe era apodado “Astucia”.


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